miércoles, 21 de mayo de 2008

El nacionalismo en la enseñanza

Como dije en mi primera entrada, estoy preparando un viaje que sin duda es el más importante de mi vida hasta la fecha: planeo pasar junto a mi pareja 2 meses recorriendo varios países latinoamericanos, a saber: Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Por supuesto no pienso recorrerlos enteros (eso, de hacerlo bien, me debería llevar bastante más de un año), sino que mi intención es realizar una aproximación general a latinoamérica, y en el futuro ya intentar concentrarme en lo que más me llame la atención.

Os preguntareis: ¿a qué viene entonces el título? Con este título no me refiero a ningún nacionalismo de los que usualmente se suele hablar en España, sino que me refiero a todos y cada uno de los nacionalismos que inevitablemente tiene en mayor o menor medida cada país o cultura. Y es que durante el tiempo que he estado informándome sobre los sitios por los que probablemente pasaré parte del verano (allí invierno), me he ido sorprendiendo cada vez más de la inmensa cantidad de acontecimientos, lugares, culturas, personajes históricos y demás que desconocía.
Como pequeña muestra, aquí va un enlace de la wikipedia sobre culturas preincaicas, que recomiendo que os leáis por ser sumamente instructivo, interesante y creo que clarificador sobre lo que estaba comentando.

Pienso que cada uno debe estudiar sobretodo su propio pasado; pero teniendo en cuenta que creo no haber tenido una formación por debajo de la media española, mis conocimientos sobre otras culturas que no son la mía (y en segundo plano, la europea) es paupérrimo; muy inferior al mínimo que consideraría suficiente.

Conocidos míos latinoamericanos me han ido enseñando muchas cosas sobre sus respectivas regiones, y me he dado cuenta de que mi ignorancia sobre todo lo que me contaban me causaba varias reacciones:
  • La primera (tras un ejercicio de autoanálisis, y para mi propia sorpresa), una especie de desprecio (no se me ocurre otra forma de llamarlo): ante las glorias que me contaban sobre, digamos, el imperio Inca, tendía a enfrentar (en una especie de ejercicio de "y yo más" de civilizaciones) las hazañas de los romanos, quienes, "por supuesto, eran mejores". Lo decía sin maldad pero sin conocimiento real de lo que estaba diciendo, claro, ya que conocía (más o menos) la historia de Roma, pero desde luego andaba muy verde de la de los incas.
  • Al mismo tiempo, incredulidad. Como decía antes, estos países no se libran tampoco (ni mucho menos) de un nacionalismo poderoso, con lo que a veces su gente también tiende a exagerar mucho lo mejor de su historia, y "olvidar" lo que no era tan agradable. Esto hizo que no me creyera del todo buena parte de lo que me decían, pero con mi propia labor de investigación he ido valorando la aún así enorme cantidad de cosas que debería saber desde hace tiempo, y no he sabido hasta ahora (y no sabré tal vez nunca).
A estas alturas, pienso que la falta de formación actual en España (en la educación primaria y secundaria; y hablo de España porque es el caso que obviamente más conozco, pero se que no es un caso precisamente único) acerca del resto del mundo es uno de los principales motivos de la existencia de movimientos racistas en nuestro país (ni que decir tiene que también los extranjeros deben conocer nuestra cultura). Por ejemplo, tal vez si desde que somos pequeños supiéramos que nuestra escritura y esa tan rara de los árabes derivan realmente del mismo sitio (la grafía fenicia) e incluso comparten muchas letras, palabras y expresiones, no se vería, ya desde tan temprano, tan distante su cultura.
Tal vez, si en vez de creernos los mejores cuando se habla incluso de cosas sin demasiada (relativamente) importancia, como por ejemplo la cocina española o la dieta mediterránea, nos hablaran a continuación de la enorme variedad de productos gastronómicos que posee (que yo sepa, mucho mayor que la nuestra), también por ejemplo, un país como Perú, nos haríamos una idea mucho más real de nosotros mismos y menos influenciada por nuestro nacionalismo particular.
Tal vez, si en vez de oír hablar desde tan pequeños de Europa como el viejo continente (en general, siempre con un tono de orgullo por los antiguos hitos conquistados por los europeos, sobretodo griegos y romanos), se explicara detalladamente (de forma que se asimile, y no de pasada) que cuando los europeos todavía no se habían "bajado de los árboles", en oriente estaban escribiendo novelas, construyendo edificaciones inimaginables para los entonces occidentales, contaban con sociedades mucho más avanzadas, etc... tal vez, entonces, seríamos más humildes y no tenderíamos a ver con una cierta superioridad todo lo que viene de fuera.

Y es que, como decía H.P.Lovecraft, lo que más miedo causa al ser humano es lo desconocido. Así pues, conozcámonos todos mejor los unos a los otros en vez de mirarnos tanto en el espejo, y probablemente nos ahorraremos un montón de problemas.

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